África Subsahariana
Guinea en busca de más democratización y libertad
El domingo 18 de octubre se llevó a cabo la primera vuelta de la elección presidencial en Guinea. Lo ocurrido en este proceso electoral es fundamental para el avance de la estabilidad en el país y África Occidental.

A nivel interno, entre 1958 (independencia) y 1984 tuvo un régimen de partido único (bajo el mando de Ahmed Sékou Touré), el cual terminó con el golpe de estado de 1984. Luego, entre 1984 y 2008 (régimen de Lansana Conté), se estableció un período autoritario. En diciembre de 2008, falleció Conté y ocurrió un nuevo golpe de estado. Sin embargo, la junta militar cumplió el compromiso de organizar elecciones presidenciales dentro de dos años. Así, en diciembre de 2010, Alpha Condé venció y se convirtió en el primer presidente guineano elegido democráticamente. El país entraba, en teoría, a una etapa de mayor democratización, pero, con el paso del tiempo, Condé se fue transformando en un mandatario autoritario. Así, tras ganar los comicios presidenciales de 2015, tuvo un segundo mandato y en marzo de 2020 organizó un referéndum constitucional. A través de este último, aumentó el período de cinco a seis años, pero se mantuvo el máximo de diez años (un mandato y una reelección). Sin embargo, Alpha Condé consiguió un «reseteo» de los registros previos y, en caso de ganar, podría llegar a gobernar hasta 2032.

En este contexto, desde 2019 se han producido diversas y multitudinarias manifestaciones en Conakry, capital de Guinea. Una de ellas, en diciembre del año pasado, tuvo una adhesión de un millón de personas, aproximadamente. Lamentablemente, también ha habido mucha violencia y, según diversos informes de organizaciones nacionales e internacionales, han muerto entre 50 y 93 manifestantes.

En cuanto a la elección presidencial, la Comisión Electoral Nacional Independiente (CENI) validó 12 candidaturas, de las cuales dos (16,67%) corresponden a mujeres. En 2015, hubo ocho candidaturas y solo participó una mujer, (12,5%).

Los principales contendientes son Alpha Condé y Cellou Dalein Diallo, quienes se enfrentaron en las presidenciales de 2010 y 2015, siempre con triunfo para Condé. En 2010 lo hizo en una reñida elección -definida en la segunda vuelta y con el 52.52% de los votos-, mientras que en 2015 se impuso, con un mayor margen (57.85%), en la primera vuelta.

Los resultados oficiales no serán publicados antes del miércoles 21 de octubre. Mientras, Cellou Dalein Diallo se declaró vencedor y Alpha Condé no respalda dicha afirmación y espera los números finales.

Es importante recordar que África Occidental tiene países con buenos índices democráticos (Ghana y Benín, por dar dos ejemplos), pero también hay otros que han sufrido por la inestabilidad política y social. Es el caso, por ejemplo, de Togo (con una dictadura familiar de años), Gambia (fin de la dictadura en 2017), Guinea-Ecuatorial (dictadura desde 1979), Malí (golpes de estado en abril de 2012 y agosto de 2020) y Costa de Marfil (elecciones el 31 de octubre, en un contexto de desorden político y social, con protestas, violencia e incluso muertos). Además, Burkina Faso y Níger, al igual que Costa de Marfil, tendrán elecciones presidenciales a fines del presente año, las cuales también serán claves.

Por último, la Comunidad Económica de África Occidental (Cedeao) sigue con atención este proceso electoral, pero también la situación en los otros países de la región. Este importante bloque regional tiene la misión de demostrar que puede jugar un rol positivo y concreto en las crisis y los conflictos de sus estados miembros.