América Latina
La oposición avanza de cara a las presidenciales de Chile
En poco menos de tres semanas se llevarán a cabo los esperados comicios, tras los cuales se conocerá, en primera o segunda vuelta, el nombre del nuevo mandatario de la República de Chile.  En un comienzo, una serie de diversos candidatos asomaron en el horizonte de este proceso electoral, pero hoy sólo quedan cuatro nombres.  […]

En poco menos de tres semanas se llevarán a cabo los esperados comicios, tras los cuales se conocerá, en primera o segunda vuelta, el nombre del nuevo mandatario de la República de Chile.  En un comienzo, una serie de diversos candidatos asomaron en el horizonte de este proceso electoral, pero hoy sólo quedan cuatro nombres.  De ellos, cada vez adquiere mayor fuerza el de Sebastián Piñera, aunque su victoria no es segura y su triunfo dependerá, en cierta medida, de lo profundas que puedan ser las divisiones en el oficialismo. 

Según los últimos resultados de la encuesta CEP, publicados el miércoles 11 de noviembre, la política chilena estaría siendo testigo del fin de un ciclo.  Claro, porque el candidato opositor Sebastián Piñera –respaldado por la Alianza por Chile-, obtendría el 36% de los votos en primera vuelta, mientras que los otros tres postulantes al sillón presidencial quedarían bastante más atrás.  Eduardo Frei –candidato oficialista de la Concertación de Partidos por la Democracia- ganaría el 26% de las preferencias, Marco Enriquez-Ominami –ex concertacionista y ahora independiente- llegaría al 19% de las votaciones y, por último, Jorge Arrate –representante de la izquierda chilena-  alcanzaría un 5% de los escrutinios.  El resto (14%) iría para los nulos y blancos, un dato no menor.

Si bien estas tendencias no sorprenden, es necesario realizar un breve análisis, ya que se produjeron algunos interesantes movimientos.

Lo primero es destacar que se vuelve a confirmar la opción de una primera vuelta con Sebastián Piñera como vencedor y en la cual los dos candidatos ex – concertacionistas  y el postulante de la Concertación deberán luchar por el segundo cupo del balotaje.  Respecto a esto, queda claro que la disputa está entre Eduardo Frei y Marco Enríquez Ominami.

Luego, es importante darse cuenta que el candidato de la oposición (Piñera) mantiene con firmeza el apoyo de sus adeptos, pues en mayo de 2009 contaba con el 37% de las preferencias, mientras que en la encuesta de octubre sólo perdió un punto porcentual.  La cara opuesta de la moneda es lo que vive el postulante del oficialismo (Frei), ya que mantuvo la tendencia a la baja.  Si en mayo tenía el 30% de los votos, en agosta había bajado al 28% y ahora lo hizo hasta el 26%.  En cuanto a los otros dos aspirantes a la presidencia de Chile, ambos pueden celebrar, ya que Enríquez-Ominami aumentó del 17% al 19%, en tanto que Arrate avanzó del 1% al 5%.

Sin embargo, los festejos del candidato independiente Marco Enríquez-Ominami debiesen ser mesurados.  Es cierto que ha logrado aumentar notablemente el apoyo de los ciudadanos, pero queda la sensación que podría faltarle algo de tiempo para igualar o superar a Eduardo Frei.  La pregunta del momento es si será capaz de eliminar los siete puntos porcentuales que lo separarían del postulante oficialista.

Otro punto que merece análisis es el hecho que ningún de los cuatro candidatos logra marcar diferencias en la primera vuelta, lo cual vuelve a afianzar el postulado que se está de cara a una elección presidencial en la cual la ciudadanía votará por “lo menos malo”.  Este último concepto queda reflejado en el 14% de votos nulos y blancos que arroja la encuesta CEP.

También, y a pesar de lo anterior, ha quedado demostrado que quien corre con mayor ventaja para ser el nuevo presidente de la República de Chile es Sebastián Piñera, pues en una hipotética segunda vuelta vencería tanto a Frei como a Enríquez-Ominami.  En un balotaje ante el primero, Piñera obtendría el 43% de los votos, mientras que su contrincante llegaría al 37% de las preferencias.  En cuanto a una definición con el segundo, el presidenciable de la oposición alcanzaría el 40% de los escrutinios, en tanto que su contendiente tendría el 37% de la votación.

Ahora, más allá de estas conclusiones -establecidas a partir de la prestigiosa encuesta realizada por el Centro de Estudios Políticos (CEP)- lo importante es darse cuenta de otras tendencias que se han podido apreciar.

Es realmente preocupante ver la falta de consistencia por parte de los candidatos, quienes parecen estar más preocupados de ir modificando sus programas de gobierno, según lo que declaren sus contendientes, antes que ser fieles a sus principios.  Es así que vemos  a los aspirantes a la presidencia realizando “ofertones” que saben no podrán ser llevados a la práctica en un hipotético gobierno.

Aún más grave es ver el tipo de disputas entre los postulantes, quienes normalmente han caído en las descalificaciones personales y, peor todavía, muchas veces sin un real motivo para agredir.

Por último, algo de gran relevancia es el grado de división que pueda tener el oficialismo, representado –por más que la Concertación lo niegue- en las candidaturas de Eduardo Frei, Marco Enríquez-Ominami y Jorge Arrate.  Este punto es tan importante, pues este puede ser el factor que incline la balanza hacia el lado de Sebastián Piñera o de alguno de los otros candidatos.

Para nadie es un misterio que el bloque concertacionista está dividido, pues es algo que ya quedó de manifiesto con el hecho que Enríquez-Ominami y Arrate tuviesen que renunciar a sus partidos políticos para poder presentarse como candidatos presidenciales.  Sin embargo, la gran pregunta es saber hasta qué punto llega esta fractura.

En el último debate, Jorge Arrate sugirió una alianza entre Frei, Enríquez-Ominami y él mismo, para así evitar la llegada al poder de Piñera.  Dichas palabras no cayeron bien en el presidenciable de la oposición (algo lógico), pero tampoco fueron bien vistas por Marco Enríquez-Ominami y, en menor medida, por Eduardo Frei.

Queda la impresión, entonces, que el triunfo de Sebastián Piñera no pasa tanto por el apoyo que logre captar, sino que, más bien, por la división de la Concertación, un bloque que tras 20 años en el poder parece desmembrarse en forma irreversible.

Raimundo Gregoire Delaunoy
raimundo.gregoire@periodismointernacional.cl
@Ratopado